La vida del lector es dura. Estoy seguro de que una de las razones por las que mucha gente lee menos libros de los que quisiera, es porque es una actividad solitaria, lo cual, en los tiempos de máxima interconexión que vivimos, es casi un anacronismo.
Por eso, las catas de libros son un invento genial, ya que convierten la lectura en una actividad absolutamente contemporánea,
Leer se convierte así en una actividad realizable en clave más actual, sin renunciar a las virtudes del modo tradicional: el encuentro previo, personal y profundo, con el libro, y el encuentro posterior, físico y presencial, con otros lectores.